Tímida pero segura de sí misma, Gata Flora salió a la calle. Y mientras circulaba por ahí le pasaron varias cosas: la piropearon, la chusmearon con envidia, se identificaron con ella y hasta le propusieron ayuda para que avance mejor. Entonces, emocionada, confirmó sus sospechas: no estaba sola en el mundo y el gataflorismo definitivamente no era un mal, sino más bien y como ella pensaba un modo de ser inconformista, creativo y por qué no, a veces también, insoportable.
Desde el vamos Gata Flora se presentó como "una revista para mujeres sinceras". Basta de ser así o asá, ¿no se puede ser "ni"? La sociedad, al menos la nuestra, aún parece manejarse basada en estereotipos. Si sos intelectual, ¿qué hacés comprando una cartera de charol con tachas que viste en esa revista de moda que tenés bajo el brazo? O, si sos linda, ¿por qué tenés depresión? Agotador? Señor Shakespeare: ¿le molesta que queramos ser "y" no ser?
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